domingo, 5 de septiembre de 2010

HERÁCLITO (biografia)



Pocas son las cosas que sabemos de la vida de Heráclito de Éfeso. Nació hacia el 544 antes de Cristo, aproximadamente, y vivió en Éfeso, ciudad enclavada en la costa Jonia, al norte de Mileto, hasta su muerte, en el 484 antes de Cristo. Pertenecía a una familia aristocrática y, al parecer, no se llevó muy bien con sus conciudadanos, si nos atenemos a alguno de los fragmentos que se conservan de su libro, y a los testimonios de sus contemporáneos.


Alcanzó su madurez sobre el año 504 a de Cristo. Algunos dicen que fue discípulo de Jenófanes aunque el tono crítico, con que Heráclito lo trata, no sugiere una relación formal de maestro - discípulo. Podemos aceptar que estaba en la mitad de su vida a finales del siglo V y que su actividad filosófica más destacada había cesado hacia el año 480 a de Cristo. Sobre la vida de Heráclito existe una gran proliferación de ficción biográfica. Diógenes nos dice que rehusó componer leyes para los efesios, prefiriendo jugar con los niños en el templo de Artemis. Muchas de las anécdotas pretendían ridiculizarle y la mayoría son producto de helenistas resentidos con aire de superioridad. Asi, por ejemplo, lo acusan de misantropía; de vegetarianismo y de hidropesía por su afirmación de que es muerte para las almas el convertirse en agua. Se le conocia tambien por ser un oscuro propositor de enigmas y se nos transmite que esta afición le costó la vida, ya que los médicos, a los que parece criticar en una de sus máximas, no hicieron nada para salvarle. Se afirma tambien que se enterró el mismo en estiercol porque había dicho que los cadaveres valen menos que el estiercol. De todo este anedoctario unicamente se puede aceptar como seguro lo siguiente: nació y vivió en Efeso. Procedía de una familia aristocrática y estuvo en malas relaciones con sus conciudadanos.Timón de Fliunte, el escritor satírico del siglo III, denominó a Heráclito como enigmático (ainiktés). Esta denominación, justa sobre su estilo, dió origen, más tarde, al epíteto de el oscuro (Cicerón). Otra calificación corriente en el período romano fue la de el filósofo llorón, juicio trivial basado en su idea de que todas las cosas fluyen como ríos; (Platón, en el Crátilo (440 c) afirma que los que creen en el flujo son como gentes de catarro ), y, tambien, en la conocida atribución de melayjolía (Teofrasto) con lo que Heráclito quiso significar impulsividad y no la melaconlía entendida en su sentido posterior.


En cierto sentido, Heráclito fue uno de los iniciadores de la metafísica griega, aunque sus ideas se derivan de las de la escuela jónica de la filosofía griega. Consideraba el fuego como la sustancia primordial o principio que, a través de la condensación y rarefacción, crea los fenómenos del mundo sensible. Heráclito incorporó a la noción de "ser" de sus predecesores el concepto de "devenir" o flujo, al que consideró una realidad básica subyacente a todas las cosas, incluso a las más estables en apariencia. Para aclararlo, afirmaba que una persona no podía bañarse dos veces en el mismo río.